“Me duele saber que "mi" programa de radio ha cambiado de horario y la emisora no me advierta sobre ese cambio”: Sofía desde República Dominicana. “Escuchaba a un locutor de todo mi gusto en las mañanas, pero ahora no sé qué pasó con él, parece que no está en la radio”: Marlene desde Perú.
Estos son apenas algunos
testimonios que sin duda dejan en evidencia que ese amor o respeto por los oyentes a
veces no se refleja en las decisiones de la programación. “Que los oyentes
escuchen, nacieron para eso, pareciera ser” ¿Y sus derechos? ¿Acaso, como
oyentes, no tenemos derechos? ¿Quién nos protege?
Todos tenemos derechos y existen mecanismos en las
legislaciones de nuestros países que nos protegen de los abusos a los que
podamos ser sometidos por parte de los medios de comunicación, conocerlos y
exigirlos es también nuestro deber. En México, el Instituto Federal de Telecomunicaciones propone estas “reglas” de juego para difusores y respetar
así los derechos de las audiencias. Adriana Solórzano Presidenta de la Asociación
Mexicana de Defensoría de las Audiencias nos propone pasar de oyentes para mutar a un “activismo” que también ayude a la radio a mejorar
en todas sus áreas.
¿Qué te parece si dejas de pedir a la gente que te escuche y sacas un tiempo para escucharle en un nuevo programa en el que abras el oído para saber si la comida que preparas es tan rica como tú dices? Este audio trae una invitación: creemos espacios en nuestra programación para “rendir cuentas” a nuestros oyentes.
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